60 AÑOS DE BOGA BOGA

60 AÑOS DE BOGA BOGA

VICENTE CORTABITARTE SAN VICENTE.

El conocido restaurante Boga-Boga de San Vicente de la Barquera ha cumplido el pasado martes, 19 de marzo, los 60 años desde su apertura, trayectoria en los que siempre ha figurado como uno de los establecimientos de referencia de la gastronomía barquereña y de Cantabria.

El conocido restaurante Boga-Boga de San Vicente de la Barquera ha cumplido el pasado martes, 19 de marzo, los 60 años desde su apertura, trayectoria en los que siempre ha figurado como uno de los establecimientos de referencia de la gastronomía barquereña y de Cantabria.

Muy lejos queda aquel día de San José del año 1963 en el que el siempre recordado Jesús Santovenia, ‘Chucho’, como le conocía todo el mundo, y su mujer, Josefina Arabaolaza ‘Finuchi’, abrieron aquel modesto establecimiento con lo puesto, «con tan solo el cielo arriba y la tierra abajo, porque hasta Chucho le tuvo que pedir 100 pesetas a su hermano para poder tener cambio en la caja aquel día», recuerda Finuchi.

Sin duda que, como casi todos los comienzos fueron difíciles, además en una época muy diferente, en los que la importancia de la gastronomía y el valor de los productos nada tenía que ver con la actualidad, como señala Finuchi al recordar que «al poco tiempo de abrir se celebró La Folía, compramos 150 kilos de percebes que los dábamos en un cucurucho de papel a todos los que venía a tomar el vino».

Jesús Santovenia

Sin embargo, desde sus inicios la trayectoria del Boga-Boga ha tenido un rumbo claro al tener como patrón a un hombre como Jesús Santovenia, uno de los más destacados profesionales de la cocina cántabra de la que fue un extraordinario embajador por todo el mundo, lo que le llevó a recibir la medalla de plata y bronce al Mérito Turístico, el Premio Nacional de Gastronomía, la Copa de Oro a la Gastronomía Mundial (Roma 1980), el pertenecer a la Asociación de la Buena Mesa de España y a recibir el título de Vice-Canciller de la Chein des Rotiseurs, entre otros muchos galardones y reconocimiento.

Pero el mejor de todos esos reconocimientos es el que ha disfrutado a lo largo de estas cinco décadas con una clientela fiel y fija que tiene en el Boga-Boga como su punto de referencia. Entre todos ellos, muchos políticos, artistas, toreros o deportistas cuyas fotos adornan las paredes del establecimiento. El último de ellos, hace escasos días, el embajador americano en Madrid.

El repentino fallecimiento de Chucho en el verano de 2004 hizo que al frente de la cocina se situasen su mujer Finuchi y su hija María José, que siempre habían estado con él en los fogones, al mismo tiempo que se incorporase su nieto, Jesús Gutiérrez, que acababa de realizar estudios junto a Floren Bueyes en Santander, estando actualmente al frente del negocio su yerno, Antonio Gutiérrez ‘Toñín’.

A pesar de este relevo, el Boga-Boga continúa en su misma línea de cocina tradicional y fundamentalmente marinera, basada en productos del mar, siempre de primera calidad, con una carta base que fija y con una permanente incorporación de algún nuevo plato. En los pescados, generalmente del día desembarcado en el puerto de San Vicente, destacan el cabracho y el rodaballo salvaje. En los mariscos siempre cuentan con langostas y bogavantes del Cantábrico.

Además están los guisos. El Boga-Boga es uno de los pocos restaurantes de San Vicente de los de primer nivel que ofrecen todos los días durante la costera del bonito el sorropotún, plato típico de la villa. Además, también cuenta con marmita de bogavante, una de sus propuestas más demandadas, recordando que no se trata de ninguna extravagancia novedosa, sino de un plato que preparaban los pescadores en sus barcos cuando faenaban en la época en que el marisco apenas se valoraba.

Y por su puesto, desde hace muchos años nunca faltan los callos de mar, ese maravilloso invento que hizo Chucho de preparar las zonas más gelatinosas del rape con chorizo y morcilla, a modo de los callos tradicionales.

Otras sugerencias en esta casa son la mejor carne autóctona y una amplia variedad de repostería casera. En su bodega se pueden encontrar más de 100 referencias para satisfacer todos los gustos. Todo ello se puede disfrutar en un amplio comedor situado en el corazón de San Vicente de la Barquera, en donde también disponen de una terraza bajo los típicos soportales barquereños.